QUÉ PRETENDO?

Este "blog" quiere ser un elogio a la lectura, una invitación a contar con un libro como amigo, compañero que siempre está ahí y que hace volar tu imaginación.

lunes, 15 de marzo de 2010

LA JOVEN DE LA PERLA de Tracy Chevalier

Reunidos de nuevo hoy, lunes 15 de Marzo, el grupo de lectura "l'Encenall", hemos opinado sobre el libro del título.
Se trata de una novela histórica que raya entre la ficción y la realidad del siglo XVII en la pequeña ciudad holandesa de Delft.
La autora nos narra la vida de Griet, una joven de dieciséis años que entra al servicio de la familia del pintor Vermeer, donde permaneció durante dos años hasta que se casó. Fueron dos años con numerosos acontecimientos y pasiones humanas que caracterizan muy bien a los personajes que salen en la novela. Entre ellos, la semejante sensibilidad del pintor y Griet que los conducirá a un enamoramiento platónico y, como tal, imposible. También los celos de Catharina, Tanneke y Cornelia, sentimiento común a tres generaciones distintas. Destacan los arranques lujuriosos del mecenas Ruijven, un aristócrata que ejerce su dominio, no sólo sobre la familia del pintor, sino sobre las jóvenes sirvientas.
En cuanto a la ambientación, muy lograda, Tracy Chevalier nos presenta a Delft como una típica ciudad del siglo mencionado, donde los vecinos saben todo de todos, donde el concepto de vida privada no existe y donde sus habitantes todavía acceden de buen grado a vivir en la clase social que les ha tocado. Como nexo de unión entre todo lo que ocurre, está la fuerte personalidad de Griet que no accede a los escarceos de Ruijven, se hace respetar por todos o casi todos con su trabajo bien hecho y, con ayuda del pintor, no sucumbe ante su amor por él, un hombre casado al fin y al cabo. No sólo se hace un hueco en la casa, sino que acaba de ayudante de Vermeer, incluso de modelo. La autora nos ha presentado una novela que acaba bien, a pesar de los avatares de la vida diaria de los personajes. La protagonista, no sólo forma su propia familia ascendiendo de clase social, sino que acaba heredando algo de Vermeer, algo que formó parte de su relación con el pintor en los últimos días de su estancia en la casa: unos pendientes de perlas.