En este libro, que recomiendo a los amantes del cine, Douglas Gomery escribe sobre el período más importante de la historia del cine americano, época de oro que duró unos veinte años, entre 1929 y 1949. Consta de tres partes: una primera, más general, una segunda donde ahonda en muchos detalles y, una tercera, con mucha bibliografía sobre el tema.
Voy a referirme, sobre todo a la primera. En ella, nos da una visión global del funcionamiento del sistema de estudios hollywoodense en las décadas de los años 30 y 40 del siglo XX. Se trató de una descomunal industria movida, sobre todo, por ocho mega-empresas, cinco majors i tres minors. Gomery nos explica cómo se consolidaron y cómo llevaron a la cumbre internacional a la industria cinematográfica norteamericana. Nos habla de su nacimiento, desarrollo y fusiones o separaciones que se llevaron a cabo entre las diferentes compañías, con la única finalidad de obtener beneficios, de cómo llegaron a monopolizar el control de los medios de producción, distribución y exhibición cinematográficos, y de cómo estas sociedades se unían para defender sus intereses internacionales, aunque competían entre ellas dentro de su país. Las relaciones entre las cinco grandes durante la era de los estudios fueron las de una familia en estado de discordia crónica pero estrechamente unida.
Las cinco majors, Paramount, Loew’s Inc., 20th Century-Fox, Warner Bros y RKO, producían, normalmente, películas de más elevado coste e iban destinadas a salas de estreno. Las otras tres minors, Universal, Columbia y United Artist, producían con menor presupuesto y sus films iban destinados a cines de barrio o a la América rural, generalmente. Estos oligopolios, con doble sede en Nueva York y Hollywood, creaban y comercializaban casi todos los largometrajes, cortos, noticiarios, animaciones y seriales que la sociedad consumía. Nos dice el autor que todos ellos tenían sus circuitos de distribución y exhibición un tanto infranqueables. Únicamente, la United Artists, la más pequeña de las ocho, distribuía películas de productores independientes. A veces, los pequeños estudios tenían que alquilar salas de los grandes para exhibir sus films. El autor nos habla de la estructura piramidal del sistema de estudios, remarcando que a la cúpula de directivos no la conocía el gran público, a pesar de que eran ellos quienes desde Nueva York planificaban todo.
Para acabar, HOLLYWOOD: sistema de estudios es un libro científico, basado en una exhaustiva investigación, en su mayoría de fuentes indirectas que el mismo autor nos detalla al final. El objetivo que Gomery nos marca en su prefacio, cual es examinar el funcionamiento del sistema de estudios de Hollywood entre 1930 y 1949, queda logrado al ser su libro una guía a la organización económica de la era de los estudios, reuniendo en él un material que estaba disperso en multitud de publicaciones.
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