Un nuevo lunes y un nuevo comentario. Esta vez le tocó el turno a un tema apasionante, com es el de la sociedad china, a través de unos personajes cotidianos. Se trata de cuatro mujeres chinas, de familias acomodadas, que emigraron a Estados Unidos cuando en 1949 ganó y se impuso el partido comunista de Mao, después de una guerra civil que duró 4 años.
Esta mujeres cuentan las circunstancias que vivieron antes de salir de su tierra y, luego, entre americanos. Hablan de la educación china ancestral que recibieron y sufrieron en sus propias carnes, y de cómo a su manera intentaron inculcarla a sus hijas, pero sin perder de vista que lo que querían era adaptarlas a la nueva sociedad en la que tenían que vivir para que tuvieran éxito en su vida y no únicamente material.
A pesar de que también tuvieron hijos varones, estas madres hablan sobre todo de sus hijas, aunque la autora, asimismo, expone la vida fácil, regalada y libre de los varones, frente a la esclavitud y dependencia de las mujeres. Todas estas madres chinas de las que nos habla Amy Tan intentan liberar a sus hijas de todo ello, pero lo hacen a través de sus creencias chinas y de sus machacones consejos.
Los temas que surgen van desde la relación que tuvieron los personajes con sus madres y abuelas, al de los divorcios ya en América, al mundo de las múltiples esposas de Wu Tsing y, sobre todo, a la psicología que deberán utilizar sus hijas para ser independientes y encontrarse a sí mismas. Estas madres luchadoras consiguen sus objetivos en bastante medida.
Como las cuatro historias se explican entrelazadas, es necesaria una buena atención para lograr seguirlas, pero vale la pena el esfuerzo.
Como las cuatro historias se explican entrelazadas, es necesaria una buena atención para lograr seguirlas, pero vale la pena el esfuerzo.