QUÉ PRETENDO?

Este "blog" quiere ser un elogio a la lectura, una invitación a contar con un libro como amigo, compañero que siempre está ahí y que hace volar tu imaginación.

lunes, 23 de septiembre de 2024

CULPABILIDAD – ¿AÑADÍ LEÑA AL FUEGO? – ¿ICOCENTE O CULPABLE?


Por Lino Morales Gómez

 

Corrían los últimos días del mes de diciembre del año 1943, cuando ya se me terminaba el permiso que había estado disfrutando en mi pueblo natal, un pueblecito manchego situado al socaire de los Montes de Toledo. Yo estaba cumpliendo el servicio militar en un regimiento ubicado en Vigo (Pontevedra).

En aquel tiempo, Madrid era principio y fin de casi todos los ferrocarriles de España. Por esta causa, era obligado hacer escala y transbordo en dicha capital. Yo procedía de los del sur y tenía que coger los del norte.

Cada vez que venía de permiso, me tomaba un par de días para husmear y fisgonear por Madrid. En estos días, visitaba museos, monumentos, catedrales, parques, etc. Siempre, me alojaba en una misma pensión; ya la conocía y me conocían. La patrona era muy amable y me informaba de lo que era interesante de ver y visitar. Al mismo tiempo, me advertía y daba consejos para evitar sorpresas desagradables.

Cuando llegué esta vez, la patrona despachaba con una moza -que dicho sea de paso era bien parecida- y no pude evitar oír lo que le decía:

-        Hija mía, lo siento, pero ya ves que esto es una casa pequeña que no necesita más personal que los que estamos.

Después de asearme un poco y tomar un bocado, me dispuse a salir a dar una vuelta. Cuando llegué abajo, me sorprendí al ver que aún estaba la moza en el portal de la entrada.

El día había empeorado y estaba empezando a nevar. La chica no llevaba prenda de abrigo, lo que me dio pie para empezar la conversación diciendo:

-        ¿Te da pereza salir? Eres muy valiente para salir tan a cuerpo.

Ella me miró con lágrimas en los ojos y me dijo:

-        Si usted supiera lo que me pasa y en la situación que me encuentro, no hablaría tan a la ligera.

-        Mujer, si en algo puedo ayudarte, estoy dispuesto a hacerlo, le contesté yo.

-        Creo que no podrá usted hacer nada. Estoy en un callejón sin salida. Hace nueve días que vine de casa y no encuentro trabajo y, lo peor, es que sólo me queda dinero para pagar la pensión estos siete días.

-        ¿Qué clase de trabajo buscas?

-        De momento, en lo que sea: para dependienta, para sirvienta, aunque fuese para fregar platos y, si también se pone, también puedo hacer trabajos de oficina, pues tengo algunos estudios.

-        No creo que sea tan difícil encontrar algo, supuesto que estás dispuesta a aceptar lo que salga. Bueno, mira, si quieres, te acompaño a buscar. Creo que con algo tropezaremos.

-        Dios le oiga ¡ay, Virgencita mía, ampárame!

-        Tengo entendido que algunas señoras que necesitan asistentas para cuidar ancianos, niños o para que les hagan la limpieza a horas, dejan recado en panaderías, fruterías o sitios así. ¿Te parece bien que empecemos preguntando por ahí?

-        Vale. El caso es poder salir de esta angustiosa situación. Luego, ya iría yo buscando otra cosa con más calma.

Estuvimos buscando y preguntando por calles y mercados, por tiendas y porterías. También, preguntamos a algunos guardias, pero nada encontramos. La chica iba aterida de frío y llevaba las manos como un trozo de hielo. Ya rebasado el mediodía, pasamos a un bar y tomamos un bocadillo que no consentí que pagara ella. Como vi que ya estaba un poco más calmada, aproveché para preguntarle:

-   Pero a ver, ¿cómo es que decidiste largarte de casa tan precipitadamente y en estas condiciones?

-        Pues verá usted.

-      Bueno, déjate ya de eso de ‘usted’, tutéame que por eso no va a pasar nada. Y a todo esto, ¿cómo te llamas? Yo me llamo Lino.

-        Yo Soledad y nunca mejor dicho. Pues verás, es una historia muy larga. Comenzaré desde un poco atrás. Éramos una familia bien avenida. Mi padre tenía y tiene un trabajo fijo y bien pagado, pero tuvimos la desgracia de que mi madre enfermó de tuberculosis, ya sabe, una enfermedad incurable, y al cabo de dos años murió. En esa fecha, yo tenía 15 años.

Quedamos solos mi padre y yo. Él me decía: “Hija mía, la vida sigue, ya nos apañaremos como Dios nos dé a entender. Quiero que sigas estudiando para que luego te puedas colocar bien”. Pero claro, la casa estaba desatendida y las comidas eran un desastre. Mi padre ya empezaba a decir: “Aquí, necesitamos una mujer, esto no puede seguir así”. Al poco más de un año,  se buscó una mujer y se casó con ella. Así, mal que bien, íbamos tirando.

Mi padre se interesaba mucho por mí, tanto que mi madrastra empezó a sentirse relegada y quejinglosa, y comenzó a meter cizaña a mi padre: “Que si la niña es muy desordenada, que si no tenía interés por los estudios, que si no la ayudaba en nada”. Mi padre empezó a reñirme y a amenazarme. Yo procuraba portarme bien con ella, pero como si nada.

En el instituto, empecé a tener relaciones con un chico y, por desgracia, un día íbamos por la calle paseando y nos vio mi madrastra. Le faltó tiempo para ir a chivarse a mi padre, pero lo peor es que le fue diciendo mentiras: “Que íbamos cogidos de la mano, que él me echaba el brazo por el hombro, que incluso llegó a besarme y que iba dando escándalo por la calle”. En fin, al llegar a casa, mi padre estaba hecho una furia aunque yo lo negaba todo. Y fue peor todavía. Llegó a pegarme qué sé yo cuántas bofetadas.

A partir de entonces, aquello era un infierno. El caso es que yo quería al chico y, a pesar de aguantar tantas riñas e incluso palizas, no le dejé. Así, llegó el día que él tuvo que irse a la mili y, naturalmente, me escribía cartas muy a menudo. Las mandaba a casa de una amiga mía y luego ella me las daba. Mi madrastra me registraba mis cosas y, cuando se enteraba que recibía cartas del chico, se lo decía a mi padre y paliza al canto, pues él no le quería por todo lo que le contaba mi madrastra: “Que era un golfo y un mal educado, que no le gustaba su familia”. En fin, una tortura. Pero la gota que colmó el vaso fue que, una vez que vino con permiso, cuando nos vimos, lo primero que me dijo fue: “Ya estoy harto. Esto se acabó. Dile a tu padre que te busque un novio a su medida. Así que: Adiós”. Me dejó plantada en medio de la calle. Me encerré en mi habitación a hincharme de llorar. Mi madrastra al verme llorar me preguntó qué me pasaba. Yo ni le contesté. Enseguida, salió a averiguar algo y, naturalmente, se enteró. Cuando llegó mi padre del trabajo, le faltó tiempo para contárselo. La reacción de mi padre fue que me propinó una soberana paliza.

Durante la noche, pensé irme a casa de una tía, hermana de mi padre. De mi madre, no tengo ningún tío. Pero claro, pensé que si estaba con mi tía se enterarían en seguida y sería mucho peor. Ya por la mañana del día siguiente, vi que mi madrastra me vigilaba, así que para que me dejara salir le dije: “Voy un momento a casa de mi amiga Julita” -ésta vivía en la portería de al lado- . Así que cogí el poquillo dinero que tenía ahorrado y salí con lo puesto. Hacía un día soleado y ten en cuenta que soy de Málaga y allí son raros los días que hace frío. Salí caminando sin pasar a casa de mi amiga y sin saber a dónde iba. Hasta me parecía oír: “Tu vida ya no tiene sentido, maldita sea, vete al puerto y tírate al agua”.

En aquel caminar sin rumbo fijo, perdí la noción del tiempo. Lo que sí sé es que, en un momento dado, oí el pitido de un tren y, sin pensarlo, me dije: “Al tren”. Con eso, me encaminé hacia la estación. Una vez allí, me dirigí decididamente a la taquilla y pregunté qué tren era ése. Al decirme “El correo de Madrid”, me quedé pensativa. El señor de los billetes me acució: “Dese prisa que sale en pocos minutos”.

Y sin más palabras, aquí me tienes llorando, Virgencita mía.

-        Bueno, no llores más que con eso no vas a conseguir nada. Mira, vamos a hacer una cosa. Ya las horas que son y con la cara que haces, no vamos a ninguna parte. Así que te vas a tu pensión y procura descansar todo lo que puedas. Y mañana, que también voy a estar aquí todo el día, pues hasta las diez de la noche no tengo que coger el tren correo de La Coruña, te acompañaré y buscaremos más, a ver si hay mejor suerte. Venga anímate y haz mejor cara, mujer. Te acompaño hasta tu pensión para saber dónde está y mañana  a las nueve voy a buscarte, y seguimos. Todo esto si te parece bien.

-        Sí, si tú quieres, por mi parte te estoy muy agradecida. Dios te lo pague.

Así lo hicimos. Al día siguiente, recorrimos de la Ceca a la Meca y nada. Lo único que hicieron en algunos sitios fue tomarle  el nombre y la dirección por si preguntaba alguien.

A media tarde, yo le comenté:

-        Si fuera en Vigo, sí que encontrarías trabajo. Allí, hay muchas fábricas conserveras de pescado y en cada una trabajan multitud de mujeres. Yo las he visto a la salida del trabajo.

Ella me miró atentamente como si quisiese inquirir algo más y, de golpe, me espetó:

-            Si me fuese allí, ¿tú crees que me admitirían en alguna de esas fábricas?

-        Yo creo que sí. Además, conozco a un chico que trabaja en una de ellas y es pariente de uno de los encargados. Pero, vaya, con esto no te garantizo nada. Y ten en cuenta que Vigo está muy lejos de aquí.

-        Cuando he podido venir de Málaga, también puedo llegarme a Vigo.

-        Pero, ¿tienes dinero para el viaje y luego para estar allí hasta encontrar trabajo? Yo no puedo darte, llevo lo justo para pagarme el viaje. Mira, ya llevo más de dos años y medio en la mili y, en todo ese tiempo, no he querido ser una carga para mi padre, pues es de condición humilde. Lo que sí llevo es comida. Estos días mataron el cerdo en casa y he cargado sin tino.

-        Me monto sin billete, luego ya veremos.

-        No sé, no sé. Bueno, lo que sea hay que decidirlo pronto. Ya la hora que es hay que recoger las cosas.

-        Yo poca cosa tengo que recoger. Lo único despedirme de la patrona.

Irreflexión de juventud lo considero ahora, a aquella repentina determinación que tomamos. Como dos horas llevábamos ya de marcha e íbamos tranquilos en aquellos asientos de madera, arrebujados muy juntos con mi capote manta (prenda de abrigo que se usaba en el ejército por aquel tiempo) cuando apareció por la puerta del vagón el revisor pidiendo los billetes. Quedamos como paralizados. Yo fui el primero que reaccionó y le dije: “Vete como que vas al lavabo y vas al vagón de delante o al otro y, en la primera estación que pare, te apeas y te vienes por el andén para atrás y vuelves a subir”.

Pero, nada más cruzarse al otro coche, el revisor dejó de picar billetes y fue pasillo adelante. Pasó lo que me temía. La pescó. Momentos después, el tren paraba en un apeadero. Aquellos trenes correo paraban en todas las estaciones y apeaderos. Yo me asomé por la ventana del vagón y la vi en el andén. El revisor la había hecho bajar. La llamé, pero ella no se movía. Al momento, el tren empezó a moverse. Estaba tan cerca que, cuando le alargué la mano, le pasé rozando, pero ella permaneció como una estatua. Temí que se tirara al tren. La miré hasta perderla de vista.

La noche estaba estrellada, ni llovía ni nevaba, pero todos los campos estaban cubiertos de nieve y la temperatura ambiente era de varios grados bajo cero. Ya estábamos en la provincia de Ávila. Aquella última visión de ella quedó clavada en mi alma eternamente.

Cuarenta y tantos años han pasado y puedo asegurarles que, ni un solo día, he dejado de acordarme de aquella indefensa muchachita. Cada día me pregunto: ¿Qué sería de ella? ¿Se convertiría en una ‘perdida’? ¿La ampararía alguien? O, por el contrario, ¿La hundirían más? Aunque parezca pueril, me siento culpable por haberle dado esperanzas de conseguir un hipotético trabajo. Pienso que quizá podría haberla hecho desistir de aquel descabellado y desventurado viaje. 

martes, 23 de agosto de 2022

LOS NOVILLOS 2.0 Y OTRAS HISTORIAS DE LA ESCUELA de Francisco Santos Rico (escritor) y María del Pilar Camacho López (ilustradora)


 Nacidos en Fuente el Fresno (Ciudad Real) en 1961 y 1964, leyendo Los Novillos 2.0, nos sumergen en una época de su infancia que bien podría haber sido la de cualquier niño de aquellos años. En catorce capítulos, todos relacionados con la escuela de un pueblo donde todos se conocen, se describen las situaciones en que se va encontrando un grupo de clase normal durante un año escolar. Desde la víspera de comenzar, hasta el reparto de notas a final de curso, vamos viviendo diferentes situaciones y vivencias relacionadas con el grupo-clase, con su profesor e, incluso, con las familias de los muchachos. La memoria del autor i algo de ficción en su ausencia nos hacen sonreír en muchas ocasiones ante las respuestas a situaciones del día a día.

Sobresalen algunos personajes: Óscar, niño inteligente e imaginativo que aprueba todo pero es un poco vago, es el protagonista; fue capaz de decir a sus compañeros que se había disfrazado de policía secreta y, por eso, no le vieron en la fiesta. Su madre no había podido comprarle un disfraz. Zacarías es un mal estudiante que sólo aprueba "Gimnasia" y una mala influencia para Óscar. Eusebio, niño que se relacionaba poco con sus compañeros, somete a un león que se había escapado de su jaula en el zoo de Madrid. Y, cómo no, don Alfredo, maestro vocacional, que va ejerciendo su labor muy profesional entre tanta diversidad. 

El relato lo hace, desde su memoria, la madre de Óscar mientras se lo cuenta a una vecina. Ambas utilizan deliciosas expresiones del vocabulario popular que, gramaticalmente no se admiten, pero que circulaban en el boca a boca, a pesar de que algunas me han parecido irreales, exageradas.

Me ha llamado la atención la utilización del diálogo constante en la narración que, a pesar de mezclar diferentes conversaciones, se pueden seguir las ideas principales.  

Recomiendo su lectura, sobre todo a aquellas personas que han pasado su niñez en un pueblo. Se reviven muchas situaciones similares.





miércoles, 5 de mayo de 2021

LLÉVAME A CASA de Jesús Carrasco

 

Publicado en febrero de este año 2021, en plena pandemia de la COVID 19, me ha parecido un libro genial y conmovedor, no sólo por la manera de situarnos en el tiempo y los lugares que describe, sino por su contenido. El autor hace que nos sintamos casi partícipes de los problemas y acontecimientos que narra. Su planteamiento principal es el conflicto que plantean unos hijos que han marchado de su pueblo buscando su lugar en el mundo y unos padres que se quedan solos. La historia transcurre entre finales de los años sesenta y el año dos mil diez. A lo largo de su relato, 

Jesús Carrasco nos va introduciendo en la dulzura de una madre que sólo ha vivido para su marido e hijos, renunciando a ella misma y acabando con Alzheimer; las vicisitudes familiares desde que, a finales de la década de los sesenta, salen de un pueblo de la provincia de Toledo dos jóvenes a trabajar a la ciudad, se encuentran y se casan; la vuelta al pueblo con una enfermedad pulmonar del padre por el amianto que ha ido respirando en la fábrica; la finalización de los estudios de los hijos que los lleva a no tener futuro en el pueblo y a marchar lejos a buscarlo, o cómo se combinan Juan e Isabel para volver a Cruces y cuidar de sus padres. Todo ello narrado con naturalidad, gran madurez, delicadeza y conocimiento de situaciones, personajes, lugares y época.

 El autor domina bien los temas que trata: el problema de la emigración dentro y fuera de España, las reflexiones entre el deber de los hijos a cuidar de los padres y la búsqueda de fundar su propia vida, la posible falta de amor y experiencia de las cuidadoras de gente mayor, las consecuencias del trabajo con las uralitas, la compra de patentes interesantes por parte de países extranjeros, la evolución del Alzheimer o el funcionamiento de un virus y su posible destrucción.

 Es un libro que me ha llevado a leerlo dos veces por mi gran avidez de vivir cada situación con todo lujo de detalles. Quizás porque relata situaciones que me son familiares en alguno de sus aspectos y me recreaba en ellas. O quizás porque ha conseguido aislarme de lo que me rodea sumergiéndome en él. 

domingo, 21 de febrero de 2021

STONER de John Williams

 

Me ha parecido una delicia de libro, cuyo autor, John Williams, participó en la Segunda Guerra Mundial y ejerció como profesor, después, en la Universidad de Misuri. Por tanto, es conocedor en primera persona de los temas que trata, a pesar de que será el tema profesor y profesorado, en sus vertientes personal y social,  lo que predomina, todo con personajes y situaciones ficticias.

 Si bien, el argumento atrapa desde el primer momento, lo más destacable es su exquisito vocabulario descriptivo. Nos dibuja a la perfección no sólo lugares y personas, sino situaciones, vivencias, pensamientos, afectos, relaciones sociales, sentimientos íntimos y reacciones ante cualquier eventualidad que se presentase.

 Stoner es el protagonista y personaje principal. Hijo de granjeros y agricultores, es enviado por sus padres a la Universidad para estudiar Agricultura y temas relacionados con la mejora de su producción rural. Cuando se gradúa, comunica a sus padres que cambió sus estudios y no volverá con ellos. Todo el libro transcurre entre esta situación y su muerte poco después de jubilarse, con algunos paréntesis de felicidad en su vida: el momento en que se enamora por primera vez, los primeros años de su hija, su amor a la literatura, sus clases y asesoramiento a diversos estudiantes, y su gran amor entre una alumna y él. Todo ello entresacado de su fracaso matrimonial y de la persecución por envidia de algún colega suyo.

Sus precisas descripciones son un regalo para la imaginación del lector: 

Era una tarde de septiembre, la fachada del gran edificio estaba a la sombra, por lo que en el césped se proyectaba la forma nítida del bloque, con su cúpula semicircular oscureciendo el verde y arrastrándose imperceptiblemente hacia fuera del campus. Una brisa fresca entraba por la ventana trayendo el frágil aroma del otoño.

 

La neblina retenía el olor del humo de la hojarasca quemada en los patios traseros de las casas y, mientras caminaba lento en medio de la noche, oliendo la fragancia y paladeando el áspero aire nocturno, le pareció que el instante en el que entraba era suficiente y que no necesitaría mucho más.

                                                          ...  

En el apartamento pequeño y oscuro, escondido como una cueva bajo la enorme casa antigua, les parecía salirse del tiempo hacia un universo atemporal descubierto por ellos solos. 

...

Abrió el libro. Dejó que sus manos hojearan las páginas y sintió un hormigueo que recorrió sus dedos y recorrió su carne y sus huesos. La luz del sol, entrando por la ventana, resplandecía sobre la página y no podía ver lo que allí había escrito. Los dedos perdieron fuerza y el libro que sostenían se deslizó despacio y luego bruscamente sobre su cuerpo inmóvil, cayendo en el silencio de la habitación.

 

 

 

 

lunes, 18 de enero de 2021

CISNES SALVAJES de Jung Chang


Me va a ser muy difícil resumir un libro de 549 páginas que es historia. Hay que leerlo porque es apasionante la cantidad de detalles documentados que se dan sobre la vida diaria de una sociedad totalmente patriarcal. Es un viaje en el tiempo por China a través de tres generaciones de una misma familia en unos años clave de su historia. Jung Chang narra la historia familiar de su abuela Ju fang, de su madre Deng-hong y la de ella misma, nacidas en 1909, 1931 y 1952, respectivamente.

El entorno y la vida de la abuela fueron los de una China tradicional en una familia de clase media. De pequeña, le vendaron los pies para conseguir que no crecieran, costumbre que estaba despareciendo. La autora nos describe todo el proceso tan doloroso que se sufría desde pequeña y para toda la vida. Ju fang era inteligente y la educaron para poder conseguir un buen marido. Fue concubina con quince años de edad de un señor de la guerra que tenía cuarenta y ocho, relación acordada por su padre y de la que ella se enteró pocos días antes de la boda. Tuvo su única hija con él. Vivió la dominación japonesa entre 1938 y 1945, cuando hubo dos tipos de escuelas, las que frecuentaban los japoneses, bien equipadas, y las que acogían los niños locales, como su hija que, incluso eran maltratados por los profesores que eran japoneses. Toda la sociedad sufrió muchas vejaciones, encarcelamientos políticos, sobornos  y torturas. Como Japón se había aliado con Alemania e Italia y como Alemania se había rendido, en la Segunda Guerra Mundial, los japoneses iban abandonando su idea imperialista en el sudeste asiático. Derrotados, llegó a la zona el Ejército Rojo Soviético, quienes también se dedicaron a la rapiña y a los abusos contra los colaboracionistas de los japoneses. Mientras, se reanudaba la lucha entre los comunistas chinos de Mao,  ayudados por los rusos, y el Kuomintang, fuerza nacionalista de China.  

En cuanto a la madre, tenía ya quince años cuando pudo ir a formarse como profesora a la universidad, pero, el desencanto por la corrupción de los funcionarios del Kuomintang, hizo que empezase a sentir simpatía por los comunistas como mejor alternativa, primero en la clandestinidad. Declarada la República Popular China en 1949, con Mao como presidente hasta 1976, empezó una lucha encarnizada contra los seguidores del Kuomintang, por considerarlos capitalistas seguidores de Occidente. Vivió la deificación de Mao en todo el país, el total sometimiento de los pensamientos de la gente, una lealtad casi enfermiza al presidente, a costa de la muerte de mucha gente y de denuncias públicas que se hacían unos a otros. Se persiguió a intelectuales, a profesores. La madre de la autora creció en esta atmósfera hostil de todos contra todos, llegando a ser funcionaria con cargos de responsabilidad dentro del partido, el cual había llevado las cosas tan lejos que vivía desilusionada. Casada con otro funcionario del partido, ambos vivían entregados a su trabajo y, de vez cuando, sometidos a juicio sobre sus actuaciones o sobre sus posesiones. No reconocidos internacionalmente los comunistas chinos, Mao quiso demostrar que eran capaces de producir más acero que EEUU y UK juntos. Y puso a toda la nación a producirlo en multitud de hornos a los que arrojaban cualquier objeto de hierro. Lo llamó el Gran Salto Adelante. Como los obreros abandonaron el campo para producir acero, padecieron años de hambre.

Más tarde, se arengaba a grupos de estudiantes a perseguirlos, a torturarlos. La Revolución Cultural de Mao consistió en eliminar cualquier resquicio de interés por la cultura.

En 1952, nació Jung Chang, la autora del libro que, como hija de dos funcionarios del Partido, pudo ir al principio a escuelas privilegiadas, donde le inculcaban lo mal que vivían los occidentales y que el mundo capitalista era un infierno. Pero, leía a hurtadillas que Occidente era un lugar avanzado con una tecnología puntera e iban albergando la idea de viajar allí algún día. Vivió de pequeña la producción del acero, la Revolución Cultural y también las acusaciones hasta el tormento de sus padres por causas inventadas. Fue a trabajar como campesina, como muchos estudiantes con otra idea descabellada de Mao para que se hicieran fuertes. Su padre muere en 1975 y, en 1976 muere Mao, después de lo cual gana una beca para ir a estudiar a Inglaterra, conde vive actualmente.

viernes, 4 de septiembre de 2020

DIOS VUELVE EN UNA HARLEY de Joan Brady

 


En un libro de 172 páginas, no religioso a pesar del título, la autora quiere insistir sobre la importancia de vivir el momento presente aceptándonos y queriéndonos tal como somos. Consta de ocho capítulos y de cada uno saca unas conclusiones muy válidas para conseguirlo. He entresacado los párrafos que me han parecido más interesantes, aunque se debería leer el libro porque siempre me he podido perder algo:

“Vive cada momento de tu vida, pues todos son preciosos y no debes malgastarlos esperando acontecimientos que igual no van a producirse, es decir, no te proyectes en el futuro”.

“Muéstrate tal y como eres y no pierdas de vista lo que sucede a tu alrededor. No quieras demostrar lo que no eres perdiendo energía en ello. Acepta tus defectos y profundiza en tus virtudes. Ama todo lo que constituye tu persona. Quiérete por lo que eres y difunde ese amor, te correspondan o no, sin esperar nada a cambio”.

“Da tu amor, pero no tu persona y nunca te disculpes por ser tú misma”.

“Aprende a renunciar a tu amor propio y a tu ego; te hacen perder tiempo”.

“La impaciencia puede privarte del placer de deducir poco a poco la respuesta”.

“No levantes muros alrededor de tu corazón y aprende a traspasarlos si se presentan; salta por encima, sigue funcionando a pesar de ellos, no construyas más y concéntrate en superarlos”.

“Recibe si te dan y no rechaces lo que te ofrezcan”.

“Sigue el fluir universal. Todo es posible en todo momento”.

 Para llegar a estas conclusiones, Joan Brady ha creado un argumento sencillo de seguir. Ha imaginado una protagonista, Christine, que, muy preocupada por su apariencia y sus fracasos sentimentales, consigue lo que quiere cuando desecha lo superfluo de su vida y se muestra tal como es, pues vale mucho más de lo que ella imaginaba.

miércoles, 25 de abril de 2018

LA VIDA NEGOCIABLE de Luis Landero

Publicado en 2017, es un libro bastante actual, aunque tan realista que resulta desagradable avanzar por la azarosa vida de Hugo, Huguito para su padre, adolescente que se va formando a base de sinsabores y sueños irrealizables, pero con la convicción de que "la vida es negociable", idea y frase que le repetía su padre a menudo. De manera que sus malos comportamientos quedaban saldados si los hacía con alguien que, a su vez, había tenido algún desliz o si hacía alguna pequeña buena obra.

Era hijo de un obeso administrador de fincas urbanas, muy religioso y lector de la Biblia, y de una exquisita mujer, adorada por su marido y aficionada a la música. Un buen día se entera de que su madre tiene un amante y Hugo Bayo decide "castigarla" por sus "malas acciones". Empieza a chantajearla pidiéndole dinero sin darle ninguna explicación, dinero que utilizaba para gastárselo con sus amigos e, incluso, para traerle algún regalito a ella. La madre se sentía tan mal y, en el fondo culpable, que iba cediendo. 

Huguito Bayo había abandonado sus estudios y se dedicaba a fantasear sobre un futuro ficticio, hasta que su padre le propuso que fuera con él a aprender su oficio. Al acompañarle, descubre que se ganaba la vida trapicheando con algunas ganancias ilícitas de las fincas que gestionaba. Luego, el padre rezaba y leía la Biblia, sintiéndose perdonado y repitiendo "Huguito, la vida es negociable". Así que va despertando a la vida viviendo una realidad desagradable (o tristemente real): su madre infiel y su padre un estafador religioso.

Crece, fantasea, se hace acariciar por su amigo más pequeño y débil que él, hace la mili de peluquero,  practicando sexo con las mujeres de los mandos, se casa con su amiga, pero, en el fondo, se siente insatisfecho y sigue pensando: Dentro de mí, hay magníficas cualidades innatas esperando a salir a la luz, y que con un poco de suerte mi gran momento aún está por llegar.

En suma, un libro agrio e irritable, a mi modo de ver. Su lectura proporciona desasosiego, incomodidad, malestar y desazón. Si son estas emociones las que se buscan, aconsejo su lectura.

sábado, 16 de septiembre de 2017

NADA de Carmen Laforet


Aunque publicado en 1945, Nada es una novela que nos muestra un contenido muy actual, pues las relaciones humanas poco han cambiado en su esencia. Y, si bien su relato es ficticio, nos sumerge en un conglomerado de situaciones más o menos conflictivas que podrían calificarse de posibles en la vida contemporánea.

Una familia, venida a menos, de un piso de la calle Aribau de Barcelona acoge a Andrea, nieta y sobrina de sus ocupantes mientras efectúa sus estudios en la universidad de Barcelona. La descripción que Carmen Laforet va haciendo de cada uno de los personajes o lugares que frecuentan es de tal profundidad psicológica que el relato mereció el Premio Eugenio Nadal de 1944. En el piso conviven la abuela de Andrea y tres tíos suyos, Angustias y Román solteros, y Juan casado con Gloria y con un hijo. Una vieja sirvienta completaba el panorama interior.

Las complejas y difíciles, casi insostenibles, relaciones entre ellos les llevan a peleas continuas, pero todos ellos se ven obligados a coexistir porque sus dificultades económicas no les permitían independizarse, de manera que su instinto de supervivencia prevalecía ante todas las dificultades. El ambiente irrespirable de la casa, poco aseada y abigarrada de muebles viejos, no ayudaba a facilitar su existencia: "parecía una casa de brujas...las paredes tiznadas conservaban las huellas de manos ganchudas...Por todas partes, los desconchados abrían sus bocas desdentadas rezumantes de humedad".

Angustias, soltera de edad avanzada y cabellos entrecanos, intenta sermonear a Andrea y se cree en la obligación de llevarla por "el buen camino". Román, de mediana edad, gran violinista en el pasado, vivía en la buhardilla, como apartado del resto de la familia, pero gran vividor que le gustaba exasperar de celos a su hermano Juan. Éste, pintor de poco prestigio, tenía que aceptar que Gloria, su mujer, saliera por la noche a ganar algo para comer. El hijo de ambos, de corta edad, vivía entre lloros y peleas de los mayores. La abuela, muy mayor, intentaba harmonizar situaciones que se le escapaban de las manos, aunque se daba cuenta de muchos conflictos.

A los habitantes de la casa, hay que añadir una "amiga" de Andrea de familia adinerada, la madre de la cual había mantenido relaciones con Román.

En fin, una historia contada conociendo bien los entresijos de la conducta humana, así como las zonas abismales del cerebro humano, una historia por la que vale la pena viajar.

jueves, 3 de septiembre de 2015

LA BIBLIOTECARIA DE AUSCHWITZ de Antonio G. Iturbe

En un libro desgarrador, Antonio G. Iturbe nos introduce en las atrocidades que se cometieron en los campos de concentración nazis durante la Segunda Guerra Mundial, brutalidades que no por asiduas dejaban de impresionar. 

Dentro de la crudeza del tema, que puede herir sensibilidades, planea en el relato un atisbo de  fugaz felicidad en los judíos pertenecientes al bloque 31, en su mayoría niños y profesores. A pesar de que desconocían que el objetivo de dicho bloque era servir de pantalla a los observadores internacionales, vivían ilusionados con los relatos y actividades que proponían los profesores. Incluso, tenían una biblioteca clandestina de 10 libros maltrechos que eran cuidados como un tesoro por la protagonista principal, Dita Alderova. 

Os aseguro que la lectura de este libro, insisto de contenido aterrador aunque real, se sobrelleva por las frases esperanzadoras que va intercalando el autor:   
"La vida vuelve a conectarse a la corriente después de un apagón".
"La vida, cualquier vida, dura muy poco. Pero si has conseguido ser feliz, al   menos un instante, habrá valido la pena vivirla".
"Si el hombre no se emociona con la belleza, si no cierra los ojos y pone en marcha los mecanismos de la imaginación, si no es capaz de hacerse preguntas y  vislumbrar los límites de su ignorancia, es hombre o es mujer, pero no es persona; nada lo distingue de un salmón, una cebra o un buey almizclero".

También son muy dignos los elogios que Iturbe hace de los libros. No en vano es el director de la revista Qué Leer. Así, podemos apreciar:
"Empezar un libro es como subirse a un tren que te lleva de vacaciones".
"La máquina del tiempo existe: son los libros".
"Un libro abre las ventanas en las alambradas".
"Un libro es una trampilla que conduce a un desván secreto: la abres y te metes dentro. Y tu mundo es otro".

Ilustrativo, esclarecedor, explicativo, revelador y elocuente, es un testimonio de unos hechos aberrantes, monstruosos, inhumanos y crueles que nunca debieron ocurrir.

"




domingo, 26 de enero de 2014

HOLLYWOOD: EL SISTEMA DE ESTUDIOS de Douglas Gomery

En este libro, que recomiendo a los amantes del cine, Douglas Gomery escribe sobre el período más importante de la historia del cine americano, época de oro que duró unos veinte años, entre 1929 y 1949. Consta de tres partes: una primera, más general, una segunda donde ahonda en muchos detalles y, una tercera, con mucha bibliografía sobre el tema.

Voy a referirme, sobre todo a la primera. En ella, nos da una visión global del funcionamiento del sistema de estudios hollywoodense en las décadas de los años 30 y 40 del siglo XX. Se trató de una descomunal industria movida, sobre todo, por ocho mega-empresas, cinco majors i tres minors. Gomery nos explica cómo se consolidaron y cómo llevaron a la cumbre internacional a la industria cinematográfica norteamericana. Nos habla de su nacimiento, desarrollo y fusiones o separaciones que se llevaron a cabo entre las diferentes compañías, con la única finalidad de obtener beneficios, de cómo llegaron a monopolizar el control de los medios de producción, distribución y exhibición cinematográficos, y de cómo estas sociedades se unían para defender sus intereses internacionales, aunque competían entre ellas dentro de su país. Las relaciones entre las cinco grandes durante la era de los estudios fueron las de una familia en estado de discordia crónica pero estrechamente unida.

Las cinco majors, Paramount, Loew’s Inc., 20th Century-Fox, Warner Bros y RKO, producían, normalmente, películas de más elevado coste e iban destinadas a salas de estreno. Las otras tres minors, Universal, Columbia y United Artist, producían con menor presupuesto y sus films iban destinados a cines de barrio o a la América rural, generalmente. Estos oligopolios, con doble sede en Nueva York y Hollywood, creaban y comercializaban casi todos los largometrajes, cortos, noticiarios, animaciones y seriales que la sociedad consumía. Nos dice el autor que todos ellos tenían sus circuitos de distribución y exhibición un tanto infranqueables. Únicamente, la United Artists, la más pequeña de las ocho, distribuía películas de productores independientes. A veces, los pequeños estudios tenían que alquilar salas de los grandes para exhibir sus films. El autor nos habla de la estructura piramidal del sistema de estudios, remarcando que a la cúpula de directivos no la conocía el gran público, a pesar de que eran ellos quienes desde Nueva York planificaban todo.

Para acabar, HOLLYWOOD: sistema de estudios es un libro científico, basado en una exhaustiva investigación, en su mayoría de fuentes indirectas que el mismo autor nos detalla al final. El objetivo que Gomery nos marca en su prefacio, cual es examinar el funcionamiento del sistema de estudios de Hollywood entre 1930 y 1949, queda logrado al ser su libro una guía a la organización económica de la era de los estudios, reuniendo en él un material que estaba disperso en multitud de publicaciones.



lunes, 27 de mayo de 2013

EL BURLADOR DE SEVILLA, atribuido a Tirso de Molina

Obra de teatro donde por primera vez aparece el prototipo del personaje "Don Juan" que nutrirá la literatura universal durante muchas décadas. Un ejemplo de ello es la famosa obra Don Juan Tenorio de José Zorrilla. Este tipo de obras eran muy aceptadas por el público cuando se representaban, quizá porque el libertinaje desenfadado que usa el enamoradizo don Juan era admirado y deseado en el fondo de muchos corazones.

Si surgieron estas comedias en el siglo XVII, fue porque el protagonista imperaba en la realidad social de la época. Representa a un joven aristócrata de clase social alta protegido por su influencia familiar en las altas esferas políticas. En el caso de El burlador de Sevilla, don Juan se burla de las damas, no importa de qué clase social sean y de la justicia. No tiene temor a nada. Cuando le dicen que hay una justicia divina,  contesta con la misma frase siempre: "tan largo me lo fiais", o lo que es lo mismo: "la muerte me queda lejos porque soy joven". La acción de la comedia empieza en Nápoles y acaba en Sevilla.

La obra relata dos engaños y dos seducciones, mintiendo como nadie se ha atrevido a hacerlo nunca. Las cuatro acciones consistieron en conseguir acostarse con doña Isabela y con doña Ana, haciéndose pasar por los amantes de éstas y con la seducción de Tisbea y Arminta, estas últimas de una clase social más sencilla.  Todas ellas están descritas con un hermoso lirismo, en estrofas redondillas. En el caso de Arminta, la situación es de una dramaturgia trágica. Acaba de celebrar su boda con Batricio y, cuando espera a su nuevo esposo por la noche, se presenta don Juan y la seduce, acostándose con ella. Tanto Tisbea como Arminta, cuando al final claudican, lo hacen convencidas de que su condición social va a cambiar porque don Juan les ha prometido matrimonio.

Don Juan se burla de todo y de todos, y se acuesta con la mujer que se propone abandonándola después. Con ello consigue una fama que le enaltece. No hace caso de sermones y consejos de su tío y de su padre. Sabe que si tiene algún problema, se lo resolverán. Es un hijo calavera, una "desvergüenza de caballero" dirá Arminta de él. En uno de sus diálogos con ella, Arminta le dice: "Jura a Dios que te maldiga si no cumples la palabra prometida". Y él le contesta: "Si la palabra y la fe mía te faltaren, ruego a Dios que me dé muerte un hombre (y dice a parte: muerto)". 

Comoquiera que después de engañar a doña Ana mató al padre de ésta, don Gonzalo, para poder defenderse, será el muerto quien le hará justicia. Claro, se trata de una justicia poética, dramática, necesaria para poder acabar la obra. El espectro de don Gonzalo le invita a cenar en la iglesia donde está enterrado y le pregunta si tiene miedo. Don Juan, muy chulo, le dice que él no teme a nadie y asiste a la cena. Cuando, habiendo acabado, el difunto le pide que le dé la mano, le aprieta tanto que le da muerte, acabando la pesadilla del burlador de Sevilla.









martes, 14 de mayo de 2013

UN ALTO EN EL CAMINO

El cinco de Octubre de 2012 marcó un punto de inflexión en la marcha de este "blogger". Casi, llegó a desaparecer del mapa de mi vida. El cinco de Octubre a las nueve de la mañana aconteció lo no esperado, lo no deseado. Se abrió un aciago paréntesis que, poco a poco, se ha ido cerrando aunque con línea discontinua. Un desafortunado accidente de tráfico nos dejó casi sin respiración primero y casi sin fuerzas después. Superados la mayoría de los baches, después de medio año, reinicio los comentarios, pero con un punto de tristeza, una pizca de impotencia y una manera diferente de afrontar el día a día. Es curioso cómo, en un minuto de la vida, pueden cambiar tantas cosas y marcar un antes y un después. 

lunes, 24 de septiembre de 2012

EL TIEMPO ENTRE COSTURAS de María Dueñas

Con  El tiempo entre costuras, estamos ante una obra de arte que es lo que María Dueñas ha conseguido con su imaginación y su manera de combinar acciones y palabras. Recrea el ambiente de antes, durante y después de la guerra civil española e, igualmente, de la segunda guerra mundial. Al preguntarme por qué me ha gustado tanto esta novela, pienso en el método que la autora ha utilizado. Ha unido personajes históricos utilizando sus nombres reales a otros inventados en una trama que podría muy bien haber ocurrido de esta manera. Así, habla de Ramón Serrano Suñer, cuñado de Franco, de Juan Luis Beigbeder, alto comisionado esapañol en África, de Rosalinda Fox, amante de Beigbeder, o de Alan Hillgarth, agregado naval de la embajada británica en Madrid y coordinador de las actividades del Servicio Secreto en España, personajes que tuvieron protagonismo en la historia de entonces y sobre los que se ha tenido que documentar.

La protagonista, personaje inventado, Sira Quiroga es el hilo conductor de sus cuatro partes bien definidas, que bien podrían formar novelas por separado. El argumento no difiere de muchos otros libros de nuestra literatura: un gran amor en Madrid hace a la protagonista abandonar todo y seguir a su novio hasta las últimas consecuencias. Éstas no tardaron en llegar. Sira Quiroga es engañada, robada y abandonada en Marruecos, teniendo que empezar de nuevo. Había heredado una fortuna de su padre, no casado con su madre, y no sólo se quedó sin ella sino que fue acusada de su robo, viéndose obligada además a saldar deudas de su antiguo amante. Su afán de seguir adelante, afrontando lo que va viniendo, la llevan desde estar vigilada por la policía a vender armas para montar su primer taller de alta costura en Tetuán ayudada por Candelaria, una buscona oportunista que la quiso mucho. Allí descubre, a través de sus clientas, cómo se va fraguando entre los militares del Protectorado marroquí la guerra civil española. Y casi sin darse cuenta se vio involucrada en espiar a los alemanes, en favor de los ingleses. Alemania ayudaba a Franco a cambio de que éste la apoyase en contra de aquéllos. Más tarde, acepta el montaje de otro taller similar en Madrid, con un nombre falso, Arish Agoriuq, para espiar a personajes alemanes que trataban con portugueses con el fin de conseguir de éstos la explotación de sus minas de wolframio. Este mineral serviría para fabricar bombas y usarlas en la guerra europea. La misma protagonista viajará a Portugal, de donde tiene que huír porque la quieren matar al ser descubierta.

El final de Sira Quiroga es bastante novelesco igual que el de los demás personajes inventados. Incluso, sobre algunos, la autora nos da finales diferentes, para que el lector pueda elegir. Sira Quiroga acaba junto a un segundo amor que tuvo en sus tiempos de Tetuán y reencontrado en su vuelta de Portugal a Madrid. En cuanto a los demás personajes verídicos, María Dueñas nos narra cómo acabaron sus vidas en la realidad.

María Dueñas, nacida en Puertollano en 1964 y profesora titular de filología inglesa en la Universidad de Murcia, ha reunido realidad histórica con ficción en una novela llena de contrastes, ambientes, situaciones y superación personal a pesar de todo. Utiliza un lenguaje fluído, adecuado, correcto y dinámico que nos hace pasar las páginas casi sin darnos cuenta. Con esta "obra de arte literaria", nos hace profundizar en la historia política y social de la España de entonces, al tiempo que nos deleita metiéndonos en la piel de los personajes y haciéndonos vivir sus situaciones.

La proxima lectura será MALDITO KARMA de David Safier.


lunes, 25 de junio de 2012

LAS VOCES DEL DESIERTO de Marlo Morgan

Nacida el 29 de setiembre de 1937 y doctora en Bioquímica y Medicina oriental, Marlo Morgan ejerció como médico, aunque finalmente abandonó la profesión  para dedicarse a escribir. Conocedora de muchas culturas por sus continuos viajes, sus escritos intentan ser puntos de referencia de costumbres de minorías australianas, africanas, ... Las voces del desierto fue su primera novela que, narrada en forma autobiogràfica, nos hace seguirla en su propio despertar a una creciente espiritualidad. Lo hace a través de un grupo de aborígenes australianos que, en marcha por el desierto de la región de Outback, la inician en ella. A lo largo de la novela, Morgan sitúa a esta minoría australiana en un plano de costumbres, convivencia y experiencias paranormales muy superior al de la sociedad contemporánea. 
Le ofrecen un trabajo en Australia para cinco años porque les ha gustado un programa de medicina preventiva que había diseñado. Acepta y marcha, ya que también será un motivo para conocer de cerca un país de desde pequeña le había atraído mucho. Ella sabía que, además de la població occidentalista que se había adueñado del país, había grupos de nativos que vivían relegados a unas tierras de poco valor y que, en ocasiones, cogían algo que no les pertenecía para poder alimentarse. Incluso, había algunos de ellos que vivían entre la gente de las ciudades. Para un grupo de estos últimos, Morgan, la protagonista, organiza reuniones para iniciarlos en el mundo empresarial con un negocio de cortinillas antimosquitos, empresa que acaba siendo todo un éxito. Invitada a una reunión que iba a celebrar un grupo de aborígenes, se prepara para asistir a la manera occidental, pensando que iban a hablarle de su proyecto y agradecérselo. Pero la reunión resultó ser una invitación a un viaje a través del desierto, descalzos, con ropa cómoda y sin provisiones hacia un lugar escondido que sólo les pertenecía a ellos. Pretendían que los conociera realmente como eran y cómo podían vivir. Así, podría enviar un mensaje de espiritualidad al resto del mundo. A cambio de su respeto a la naturaleza, ésta les devolvía unos poderes mentales sobre todas las cosas: provisión de alimentos, enfermedades, curaciones, que revertían en un bienestar psíquico de paz, equilibrio y satisfacción por el que daban las gracias, a menudo, a la Divina Unidad
Después de varios meses de una convivencia de hermandad, colaboración y altruismo, desconocida en nuestro mundo, llegaron a un lugar sagrado para aquella tribu de aborígenes. Era una cueva enorme, a modo de poblado, donde muchos de ellos vivían, sobrevivían diría yo, haciendo diferentes trabajos para después comerciar con ellos. A este lugar, también iban los ancianos al final de su vida. Los Auténticos, que así se llamaban  los nativos, querían enviar un mensaje a los Mutantes, resto de occidentales. Morgan tenía que ser la portadora de las noticias. Habían decidido no tener más hijos para así acabar con la existencia de la tribu y querían hacer saber a los occidentales lo equivocados que están en su modo de vida.
 La autora, en este libro,  mezcla hechos reales con la fantasía del relato novelado. Quizá  lo que pretende es, de una manera amena, introducir al lector en la realidad de los aborígenes de cualquier país del mundo y de cómo están más cerca de un camino de vida más espiritual y satisfactorio que los occidentales y, a pesar de ello, están en peligro de extinción, como si estuviera triunfando lo material sobre lo espiritual, lo superfluo sobre lo importante, el consumo salvaje de bienes materiales sobre las necesidades reales, conduciendo al Planeta a una degradación progresiva que podría acabar en su extinción.

Con un poco de libertad para las lecturas del verano, una de las opciones es EL TIEMPO ENTRE COSTURAS de María Dueñas.