Me va a ser muy difícil resumir un libro de 549 páginas que es historia. Hay que leerlo porque es apasionante la cantidad de detalles documentados que se dan sobre la vida diaria de una sociedad totalmente patriarcal. Es un viaje en el tiempo por China a través de tres generaciones de una misma familia en unos años clave de su historia. Jung Chang narra la historia familiar de su abuela Ju fang, de su madre Deng-hong y la de ella misma, nacidas en 1909, 1931 y 1952, respectivamente.
El entorno y la vida de la abuela fueron los de una China
tradicional en una familia de clase media. De pequeña, le vendaron los pies para
conseguir que no crecieran, costumbre que estaba despareciendo. La autora nos
describe todo el proceso tan doloroso que se sufría desde pequeña y para toda
la vida. Ju fang era inteligente y la educaron para poder conseguir un buen
marido. Fue concubina con quince años de edad de un señor de la guerra que
tenía cuarenta y ocho, relación acordada por su padre y de la que ella se
enteró pocos días antes de la boda. Tuvo su única hija con él. Vivió la
dominación japonesa entre 1938 y 1945, cuando hubo dos tipos de escuelas, las
que frecuentaban los japoneses, bien equipadas, y las que acogían los niños
locales, como su hija que, incluso eran maltratados por los profesores que eran
japoneses. Toda la sociedad sufrió muchas vejaciones, encarcelamientos
políticos, sobornos y torturas. Como
Japón se había aliado con Alemania e Italia y como Alemania se había rendido, en
En cuanto a la madre, tenía ya quince años cuando pudo
ir a formarse como profesora a la universidad, pero, el desencanto por la
corrupción de los funcionarios del Kuomintang, hizo que empezase a sentir
simpatía por los comunistas como mejor alternativa, primero en la
clandestinidad. Declarada
En 1952, nació Jung Chang, la autora del libro que, como hija de
dos funcionarios del Partido, pudo ir al principio a escuelas privilegiadas,
donde le inculcaban lo mal que vivían los occidentales y que el mundo
capitalista era un infierno. Pero, leía a hurtadillas que Occidente era un
lugar avanzado con una tecnología puntera e iban albergando la idea de viajar
allí algún día. Vivió de pequeña la producción del acero,
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